Majestades, Altezas Reales y Excelentísimos jefes de las delegaciones de los países árabes y europeos;

Excelentísimo Sr. D. Abdel Fattah Al Sisi, Presidente de la República Árabe de Egipto;

Excelentísimo Sr. D. Donald Tusk, Presidente del Consejo Europeo;

Estimados señores presentes;

Me es grato expresar mi agradecimiento y consideración al presidente Abdel Fattah Al Sisi por acoger esta cumbre, esperando que tenga todo éxito. Igualmente, son dignos de todo encomio las relaciones históricas que unen los países árabes e islámico, por una parte, y los países de la Unión Europea, por otra parte, en todas las esferas, a saber: políticas, económicas, culturales o de seguridad. Por ello, espero que esta cumbre contribuya a consolidar dichas relaciones en todos los niveles para lograr nuestros objetivos comunes.

Estimados presentes;

La cuestión palestina representa una prioridad para los países árabes. De allí que a la última cumbre de la Liga Árabe celebrada en el Reino de Arabia Saudí se otorgue el nombre de “Cumbre de Jerusalén”. Durante ésta, hemos reiterado nuestra firme posición con respecto a la recuperación de todos los derechos legítimos del pueblo palestino, máxime el establecimiento de un Estado  palestino, sobre las fronteras de 1967, cuya capital sea Jerusalén Este, de acuerdo con la Iniciativa de Paz Árabe y las resoluciones de legitimidad internacional. De allí que sea acuciante la solución de la cuestión palestina, no sólo para la estabilidad del Oriente Medio, sino también para la estabilidad mundial y la de Europa, en particular. A este respecto, acogemos con aprecio los esfuerzos europeos desplegados en aras de hallar una solución justa a esta cuestión.

Estimados presentes;

El Reino reafirma la necesidad de una solución política para la crisis en Yemen, en base a la Iniciativa planteada por el Consejo de Cooperación del Golfo, las conclusiones del Diálogo Nacional y la resolución N.º 2216 del Consejo de Seguridad. De la misma forma, el Reino insiste en la importancia de intensificar y aunar los esfuerzos internacionales en pos de apuntalar la legitimidad en Yemen y obligar a las milicias terroristas apoyadas por Irán a acatar la voluntad de la Comunidad Internacional.

El Reino ha desplegado un ingente esfuerzo para que las Consultas de Estocolmo tuvieran éxito, incitando, además, a realizar un seguimiento exhaustivo de todo lo acordado en dichas consultas, con el fin de garantizar su cumplimiento, así como para atribuir la responsabilidad de la situación en Yemen a las terroristas milicias hutíes apoyadas por Irán y condenar el lanzamiento de misiles balísticos (más de 200 misiles) de origen y fabricación iraní contra las ciudades saudíes, amén de sus actividades que desestabilizan la seguridad de la navegación marítima en el Estrecho de Bab el-Mandeb y en el Mar Rojo, lo que constituye una amenaza directa y peligrosa a nuestra seguridad.

Tanto es así, que las acciones del régimen iraní materializadas en el apoyo a las milicias y otros grupos en la Región, las actitudes hostiles y la flagrante injerencia en los asuntos internos de otros países requiere una posición internacional común que obligue a este país a respetar las normas de la buena vecindad y del derecho internacional, y a poner fin a su programa nuclear y balístico. Así, el respeto de las convenciones, tratados y resoluciones internacionales representa la base sobre la cual se construye toda solución de los conflictos internacionales. Por ello, reiteramos nuestro llamamiento a solventar políticamente las crisis que atraviesan nuestros países árabes, de conformidad con los pertinentes criterios internacionales, al tiempo que apreciamos los esfuerzos europeos que impulsan en esta dirección.

Estimados presentes;

El Reino de Arabia Saudí, al igual que otros muchos países, ha sufrido del terrorismo, y, por esta razón, ha liderado varias iniciativa internacionales cuyo objetivo ha sido la lucha contra esta lacra en todos los niveles, inclusive la eliminación de sus fuentes ideológicas y de financiación. La cooperación conjunta con otros países en materia de seguridad desembocó en la frustración de numerosos atentados terroristas. Por lo cual, aseveramos la importancia de proseguir, sin cesar, el trabajo conjunto para la lucha contra el terrorismo y el blanqueo de capitales.

Por otro lado, tenemos la convicción de que el refugio y la migración provocados por las guerras y los conflictos armados han de constituir una prioridad dentro de las cuestiones humanitarias acuciantes. Así pues, esperamos que esta cumbre tenga éxito en hallar soluciones a estas cuestiones. Y partiendo de los principios islámicos y árabes, no vamos a escatimar ningún esfuerzo para cumplir con nuestros deberes humanitarios en relación con las crisis que varios pueblos de la Región y del mundo en general están sufriendo, sin discriminación religiosa o racial. En esta línea, el Reino ha presentado ayudas que ascienden a 35.000 millones dólares, de las que han resultado beneficiarios más de 80 países, dirigidas a ámbitos humanitarios, benéficos y de desarrollo.

Estimados presentes;

Las relaciones entre los países no pueden establecerse fuera del respeto íntegro de su soberanía y la no injerencia en sus asuntos internos. La vulneración de estos principios sólidos que rigen las relaciones internacionales pone en peligro la convivencia y la cooperación mutua que los pueblos del mundo aspiran conseguir. Por ello, nuestro interés en esta cumbre emana del afán que muestran ambas partes en consolidar las relaciones entre nuestros países en todos los niveles, en el marco de dichos principios. Tenemos una responsabilidad, hacia nuestros pueblos y nuestras futuras generaciones, para fundamentar un verdadero partenariado entre los países árabes y europeos, que esté inspirado por las experiencias del pasado para diseñar los planes del presente, y que convierta los retos del presente en oportunidades para el futuro.